Buenos ratos sin pantallas

El tiempo invertido con pantallas se ha relacionado con retraso en el desarrollo del lenguaje.

El uso manual de pantallas (es decir, smartphones, tablets, videojuegos) en edades anteriores a las que los niños empiezan a hablar puede ser un factor de riesgo para retrasos del lenguaje, según un estudio presentado en la Pediatric Academic Societies Meeting en 2017.

El estudio fue llevado a cabo en Toronto, liderado por la pediatra y científica Catherine Birken en el que participaron 894 niños (de edades comprendidas entre los 6 meses y los 2 años) entre 2011 y 2015. En la revisión pediátrica del niño sano de los 18 meses, el 20% de los niños usaban a diario aproximadamente una media hora de pantallas según el reporte de sus padres. Usando una herramienta de cribado para el retraso del lenguaje, los investigadores encontraron que los niños que invertían más tiempo de pantallas tenían con mayor frecuencia retraso del lenguaje expresivo. Cada aumento en 30 minutos de pantallas se correspondía con un 49% de incremento en el riesgo de retraso del lenguaje expresivo. Los investigadores no encontraron relación con otros ascpectos de la comunicación, como la interacción social, el lenguaje corporal o gestual. Estos resultados apoyan la recomendación de la Academia Americana de Pediatría de no usar este tipo de dispositivos en los menores de 18 meses.


En estos tiempos que corren, el 48% de las familias con niños tienen una televisión, una videoconsola, un ordenador y otros dispositivos con siglas que ni comprendo. Así, sin duda es más difícil hacer a los niños levantarse, moverse y engancharse a la actividad física. No es de extrañar que en los últimos años el número de niños físicamente activos haya disminuido y el número de niños con sobrepeso haya doblado su porcentaje. Quizá en España no estamos aún al nivel de Estados Unidos, en donde un niño pasa de media unas 4,5 horas delante de una pantalla todos los días, y el uso de la televisión únicamente puede alcanzar las 2,5 horas al día. Según la Kaiser Family Foundation de Estados Unidos los niños entre 8 y 18 años pasan de media unas 7,5 horas al día en frente de pantallas por motivos de entretenimiento, siendo de éstas 4,5 horas dedicadas en exclusiva a la televisión. En un año de 365 días estaríamos hablando de 114 días completos dedicados en exclusiva a estar frente a una pantalla por motivos de ocio o para pasar el rato. No incluyen los investigadores norteamericanos en estas cifras el tiempo que se dedica al ordenador en el colegio o en casa para hacer los deberes. Son cifras sorprendentes. Los niños españoles de 4 a 12 años pasan 990 horas anuales de media frente al televisor, ordenador o juegos electrónicos, lo que supone unos 41,2 días.


En un año de 365 días estaríamos hablando de 114 días completos dedicados en exclusiva a estar frente a una pantalla por motivos de ocio o para pasar el rato.

Hablamos, junto con la obesidad infantil, de una auténtica epidemia de la infancia. Y ambas van de la mano. Estos estudios encuentran una relación entre ambas variables, sin importar la edad, etnia o clase social. Los niños que tenían limitada una hora o menos de tele al día tenían menos probabilidad de tener sobrepeso.

Por no hablar de la influencia de estos modos de ocio en el carácter de la interacción social o en el rendimiento escolar. Los niños y adolescentes de hoy pasan más de 20 h al día en espacios cerrados. Pueden llegar a tener 400 amigos en Facebook pero ni uno solo para bajar a jugar o ir al parque. Eso ya no está de moda. La falta de contacto directo con personas, animales, plantas y espacios naturales se sustituye por una oferta creciente de realidad virtual que muchas veces intenta simular a la naturaleza. La pérdida de los beneficios que aportan estas experiencias en contacto con la naturaleza han empujado a algunos autores a hablar del "déficit de contacto con la naturaleza" el cual puede llegar a producir en los niños síntomas parecidos a los del trastorno por déficit de atención e hiperactividad. 
Ver: Trastorno por déficit de naturaleza. J A Ortega: http://pehsu.org/wp/?page_id=594


El número de horas invertidas en las pantallas es más que una preocupación a edades adolescentes y en los niños de más baja clase social por la dificultad de involucrarlos en actividades alternativas. La juvetud es una etapa muy importante para el establecimiento de hábitos adultos, y es un tiempo que puede ser origen de enfermedades crónicas o factores de riesgo como pueden ser hipercolesterolemia, hipertensión, diabetes, problemas del sueño o problemas psicológicos.

El tiempo de consumo de pantallas, ausencia de actividad física y mala nutrición son un trío peligroso para la adolescencia y la infancia. Y a esto se suma la ausencia de experiencias de contacto con la naturaleza.

La mejor forma de combatir la inactividad en los niños es empezar a analizar sus actividades de ocio. Y las de toda la familia.  Conviértase en un ejemplo para sus hijos disminuyendo el tiempo que dedica a ver la televisión y aumentando el tiempo que pasea, hace deporte o va al campo. Porque, como en casi todo, el papel modélico en estos aspectos también tiene su influencia. Los niños cuyos padres ven más de dos horas la televisión al día dedicaban significativamente más tiempo a la televisión, Internet, vídeos de Youtube o videoconsola.

La Academia Americana de Pediatría sugiere que siguiendo estas recomendaciones puede generar un gran impacto en la vida de su hijo:
  1. Quite la televisión de la habitación de su hijo. Los niños que ven la televisión en su habitación ven de media 4,6 horas más a la semana y tienen más probabilidades de tener sobrepeso.
  2. Limite el tiempo total de uso de pantallas a no más de una o dos horas al día. Los estudios demuestran que por cada hora adicional se incrementa en un 2% el riesgo de padecer sobrepeso.
  3. Vea la tele con tu hijo y reflexione con él sobre su contenido.
  4. Fomente alternativas de ocio para los niños. Pruebe actividades que incluyan la actividad física y la interacción social como puedan ser grupos sociales pertenecientes al barrio o la escuela, organizaciones juveniles, clases organizadas o simplemente actividades planificadas en familia.
La CDC recomienda unos 60 minutos de actividad física para los niños todos los días.


Sin duda, una rutina saludable es una rutina activa y llena de experiencias en contacto con la naturaleza.


Sea el ejemplo para sus hijos y disfrute todos los beneficios que están por llegar.

Nos despedimos con un vídeo del Dr Ortega de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Virgen de la Arrixaca, que explica muy bien como influye el contacto con la naturaleza en la salud de los niños: https://www.youtube.com/watch?v=7cfb5pQvUrA


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