¿Qué es la pediatría ambiental?



La edad pediátrica se acompaña de unas características especiales que la hacen más vulnerable a las agresiones medioambientales. La pediatría ambiental aborda los factores ambientales que afectan a la salud de la infancia, desde la concepción hasta el final de la adolescencia.

Salud y medio ambiente son un binomio inseparable. Lo que es bueno para la salud suele ser bueno para el medio ambiente y viceversa. Juan Antonio Ortega, pediatra ambiental en Murcia, suele decir que todos los pediatras deberían ser pediatras ambientales. Es algo que al principio no entendía y ahora me resuena y lo veo claro como el agua.

Organismos internacionales están preocupados por los efectos que la contaminación tiene en la salud y que nos llegan a través del aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos y el contexto socioafectivo en el que vivimos. Los principales afectados son...los niños. El porcentaje de muertes infantiles por causa ambiental, y por tanto prevenible asciende a un 25%. Se dice que el código postal influye más en la salud que el código genético. Y una vez que sabes eso tu enfoque y tu mirada médica cambia para siempre. Los peligros medioambientales en áreas en desarrollo son diferentes -infecciones, aguas, suelos contaminados, pobre nutrición, violencia etc- a los de países desarrollados - pesticidas, contaminación del aire, inadecuados hábitos alimentarios, experiencias adversas en la infancia etc.

De forma paralela las enfermedades crónicas en los niños aumentan: diabetes, problemas endocrinos, trastornos del neurodesarrollo, asma etc. Los niños - desde que están en el vientre de la madre- son más vulnerables a los tóxicos ambientales por diferentes motivos. Porque están en constante desarrollo, y por tanto cualquier insulto puede alterar este proceso. Además son inmaduros para detoxificarse y necesitan más calorías e inhalan más aire por Kg de peso que los adultos, concentrando así las toxinas en un cuerpo más pequeño. Se mueven más rápido y más cerca del suelo. Se meten cosas a la boca, se restriegan por las superficies contaminadas. Y tienen toda la vida por delante. Todo el tiempo para acumular mutaciones y exposiciones. Los niños no votan, los niños no deciden, los niños algunos aún ni hablan. Los niños van al colegio, pasan ocho horas sentados en sillas no demasiado ergonómicas junto a otros treinta. Tienen que pedir permiso para ir al baño, esperar a su tiempo de comer y aguantar el calor del verano si no tienen suerte de tener aire acondicionado. Tienen mucho que aprender y demostrar que lo han aprendido.

En todos estos procesos el pediatra ambiental puede ser el profesional capaz de reconocer, evaluar, manejar y prevenir los riesgos y enfermedades ambientalmente relacionadas. Algunos factores ambientales que abordan las Unidades de Salud Medioambiental Pediátrica son los siguientes:

-Contaminación del aire interior (tabaco)
-Contaminación del aire exterior (quema de residuos, combustión diesel, humos, partículas, tráfico...)
-Radiación ultravioleta
-Contaminación alimentaria (pesticidas, disruptores endocrinos, aditivos)
-Ruido
-Calidad del agua de bebida
-Contaminación del suelo (pesticidas, metales pesados)
-Radiaciones ionizantes (pruebas médicas)
-Manejo de residuos
-Lesiones y accidentes (intoxicaciones, quemaduras)
-Teratogenia
-Cambio climático
-Pobreza
-Alcohol y drogas de abuso
-Uso de nuevas tecnologías

Los profesionales dedicados a la pediatría ambiental pueden resultar un poco incómodos. Son a veces difícilmente entendidos por otros pediatras dedicados a la patología pediátrica aguda. Señalan los comportamientos dañinos para la salud de los niños que adultos, sociedades y gobiernos realizan o permiten. Se alejan de las convencionales pastillas y llaman a un cambio en los estilos de vida y ambiente construido para realmente mejorar la salud de los pequeños. Ponen los deberes más difíciles y tratan con amenazas invisibles, desafían los modelos de salud fijando sus objetivos a un más largo plazo, cuidando la salud de las próximas generaciones. Es como si tuviéramos unas gafas especiales para ver el ambiente alrededor del niño y cómo éste puede afectar a su salud. Nuestras armas son la historia clínica medioambiental, la exploración física, algunas pruebas de laboratorio y la georreferenciación. Y somos capaces de hacer magia. De la que no se ve pero se siente. Son capaces de recomendar experiencias en contacto con la naturaleza, caminar al colegio, planear la organización saludable de una escuela, planificar un embarazo o ayudar a unos padres a dejar de fumar. Se trata de entender de una forma holística la salud de un niño visualizándolo dentro de una familia, escuela y comunidad. Enfocándose en la prevención y promoción de los factores de protección. Por todo esto me parece una profesión apasionante que tiene mucho de futuro.

Para más información: https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2018-05/pediatria-ambiental-la-salud-de-los-ninos-y-el-medio-ambiente/

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