Cambio climático ¿Cosa de niños?
Hace 65 millones de años los
dinosaurios eran las especies dominantes en el planeta Tierra. Campaban a sus
anchas y acaparaban los recursos naturales. [¿algún paralelismo se percibe con
la época actual?]. Los mamíferos, como el resto de seres vivos, vivían por los
alrededores adaptados a sus nichos ecológicos. Pero inesperadamente se produjo
un fuerte impacto que cambió el ecosistema planetario y llevó a la desaparición
de estos grandes reptiles. El impacto de un meteorito de más de un trillón de
toneladas y un diámetro de 10 km no fue lo que hizo que estos animales se
extinguieran. Fue el cambio climático.
Los científicos identificaron por
primera vez el impacto en 1980, tras el estudio de la capa de sedimento
depositada homogéneamente en todo el mundo consecuencia de la nube de polvo que
evolvió al planeta tras el impacto. Esta capa enriquecida en iridio y otros
elementos abundantes en los meteoritos dio la clave a los geólogos. Ya en 1990
los investigadores localizaron el lugar del impacto en la actual península de
Yucatán, México. El cráter, hoy en día sepultado profundamente bajo tierra
tenía originalmente 200 km de diámetro.
Pero, de nuevo, no fue el trillón
de toneladas del meteorito ni el cráter de 200 km de diámetro ni los 100
trillones de toneladas de polvo que se suspendieron en la atmósfera. Fue el
cambio climático. El polvo en suspensión bloqueó la luz del sol completamente
sumiendo a la Tierra en un período de frío y oscuridad que pudo durar hasta
meses. Pronto los incendios desolaron los bosques y praderas y el mayor
desastre ambiental de la historia del planeta llevó a las criaturas terrestres
a una extinción masiva, incluyendo a sus seres más desarrollados los
dinosaurios.
Pasaron unos cuantos años de
aquello cuando en 1987 se firmó el protocolo de Montreal para la conservación
de la capa de ozono y unos años más tarde el protocolo de Kyoto, y parecía que
la vía de los acuerdos internacionales iba a garantizar el rumbo de la política
ambiental mundial. La asistencia masiva a la cumbre de París de 2015 fue esperanzadora.
Actualmente ya nadie, o casi nadie, cuestiona la vigencia y realidad del cambio
climático. Sin embargo, es éste un crisol casi tan complejo como la extinción
de los dinosaurios, el cual expresa conflictos de interés de políticos y
grandes corporaciones. Parece hasta ahora un tema exclusivamente vinculado a la
política, economía y medio ambiente con sus actores y protagonistas
enfrentados. Pero, ¿dónde está la salud en todo esto?, y en concreto la salud
de los niños, como seres más vulnerables que nos dan las alertas de las
catástrofes como si de pequeños mamíferos se trataran.
Pues bien, desde hace unos años
son varias las voces que han alertado sobre los efectos específicos del cambio
climático en la población pediátrica. De hecho, se estima que de la
mormimortalidad atribuida al cambio climático, hasta un 88% recaerá en menores
de 5 años. Su conocimiento, estudio e investigación ayudarán a afrontar el
problema y entender el efecto que puede tener el cambio climático en la salud
de las personas.
Los efectos sobre la salud de la
infancia en la Región de Murcia esperables y derivados del Cambio Climático
Global son similares a los esperados en otras regiones del sur de Europa y
aparecen resumidos en la siguiente tabla.
Tipo de daño
|
Efectos sobre el medio ambiente
|
Efectos sobre la salud infantil
|
Directo
|
Contaminación del aire
|
Disminución de la capacidad
pulmonar
Cáncer de pulmón
Asma
Malformaciones congénitas
Otra patología respiratoria
Mortalidad
|
Inundaciones
|
Ahogamiento
Heridas/lesiones
Trastornos adaptativos por
estrés
Negligencia/abuso
|
|
Sequía
|
Trastornos neurológicos
Mortalidad (lactantes)
|
|
Estrés térmico (olas de calor).
Temperaturas extremas
|
Mortalidad relacionada con el
frío y calor
Enfermedades renales y respiratorias
Trastornos hidroelectrolíticos
Fiebre
Lipotimia
Posibles malformaciones
congénitas
|
|
Lluvia ácida
|
Enfermedades respiratorias
Alteraciones en la cadena
trófica de alimentación
Daños en la infraestructura de
salud pública.
|
|
Indirecto
|
Escasez de agua y cambios en la
ecología microbiológica. Contaminación química de las aguas. Carestía de agua
bebible
|
Diarrea y otras enfermedades
infecciosas
Efectos agudos y crónicos de
contaminación química
|
Exposición a tóxicos por
vertidos, daños en la infraestructura u otros
|
Trastornos reproductivos
Alteraciones inmunológicas
Patología del sistema nervioso
central
Cáncer
|
|
Escasez de alimentos por
cambios en la productividad de las cosechas por el cambio del clima o plagas
|
Malnutrición y hambre
Trastornos del desarrollo y del
crecimiento
Intoxicación por biocidas
|
|
Migraciones, fractura social,
económica, por aumento del nivel del mar, escasez de recursos, etc.
|
Disbalance en el sistema de
salud
Trastornos psiquiátricos y
psicológicos
Conflictos civiles
|
|
Variabilidad y aumento de
actividad de vectores y parásitos
|
Variabilidad geográfica y
aumento de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores
|
|
Cambios en la proliferación de
neumoalergenos
|
Asma
Alergia
|
Entre todos ellos, los derivados
del estrés térmico, la contaminación del aire, las enfermedades transmitidas
por agua, alimentos y vectores, así como la desnutrición, constituyen el bloque
de especial vigilancia para la infancia. La monitorización de estos indicadores
contribuirá a la identificación de niños y zonas de riesgo.
Como adultos que somos a nadie (y
más si se vive en Murcia) le parecería digno pasar las 8 horas de jornada
laboral en pleno agosto junto a 30 compañeros en una sala sin aire
acondicionado ni adecuada ventilación, teniendo más encima que estar a la
altura de las exigencias intelectuales. Creo que no hace falta mayor
explicación de por qué, de nuevo, los niños son los más vulnerables a fenómemos
ambientales.
A continuación, en la gráfica 1 aparecen
las visitas a urgencias hospitalarias en el Área de Salud 1 Murcia Oeste en
menores de 18 años por golpes de calor y patología asociada al calor excesivo.
La escasa formación y la falta de
herramientas de cribado entre los profesionales hace que la mayoría de los
casos no sean registrados o relacionados en las historias clínicas como
relacionados con el medio ambiente en general, y con el cambio climático en
particular. Los pediatras de la Región de Murcia todavía preguntan poco sobre
los factores medioambientales que influyen en el desarrollo de las
enfermedades.
La "hoja verde del cambio
climático" en pediatría es un instrumento de recogida de información que
puede mejorar la identificación de los efectos del cambio climático en la salud
de los niños.
Podemos conocer mejor el efecto
que el estrés térmico (número de visitas a urgencias por hipertermias o
síntomas relacionados con el calor, número de quemaduras solares, melanomas o
cáncer de piel), el empeoramiento de la calidad global del aire (estacionalidad
y temporalidad de las alergias y crisis de asma), las enfermedades transmitidas
por vectores o agua (número de visitas por picaduras, número de diarreas por
Campylobacter, casos de enfermedad de Lyme o Leishmaniosis), o las
consecuencias de los desastres climatológicos (lesiones por inundación o
granizo).
Con la "Hoja verde del
cambio climático", al mismo tiempo que construimos un registro clínico, se
robustece el conocimiento acerca de los efectos del cambio climático, y se
aumenta la sensibilidad, conciencia y formación de profesionales y familias
sobre los efectos en la salud infanto-juvenil del cambio climático.
Son necesarias estrategias
políticas, sí. Pero también son muy necesarias estrategias para el ciudadano de
a pie. A quién le oiría decir que "esta batalla se gana en todas las
trincheras" (J.A. Ortega). Necesitamos que las clases de los colegios y
las salas de espera de los centros de salud se tiñan de verde, mientras la esperanza
ambiental vestida de ese mismo color se va colando en las sinapsis de nuestros
afanados políticos mientras duermen.
No fue el trillón de toneladas
del meteorito ni el cráter de 200 km de diámetro ni los 100 trillones de
toneladas de polvo que se suspendieron en la atmósfera.
Aquellos animales pequeños que
parecían indefensos emergieron y se desarrollaron llenando nuevos nichos
ecológicos. Tras esta profunda crisis social, económica y ambiental quizá no
habrá una extinción pero sí seremos conducidos a un inevitable cuestionamiento
del sistema, y sin duda las fuentes y modos de producción de energías
alternativas hasta el momento minoritarias comenzarán a surgir con fuerza, en
un esfuerzo de adaptación, como si de una nueva especie se tratara, a las
nuevas condiciones ambientales.
El último párrafo me parece clave. Al final, queramos o no, nos tendremos que adaptar al nuevo medio o morir en el intento...
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